martes, 17 de enero de 2012

Pescados y mariscos crudos, mejor congelados

Para llevar una dieta equilibrada, los expertos recomiendan que el 15% de la ingesta calórica total diaria sea en forma de proteínas. Como ya sabéis, los pescados y mariscos tienen un escaso aporte calórico, pero son muy ricos en proteínas de alto valor biológico, además de aportar ácidos grasos poliinsaturados. Por todo ello, la elección de pescados y mariscos es una buena opción frente a otros alimentos proteicos.
 
El creciente interés por la cocina oriental ha puesto de moda ciertas tendencias culinarias en las que el pescado se consume crudo o muy poco cocinado.

Como todo ser vivo, los pescados y mariscos pueden contener microorganismos y parásitos que se destruyen mediante el calor del cocinado, garantizando así que su consumo no suponga riesgo alguno para la salud. 
 
Cuando consumimos carnes o pescados sin cocinar, una de las formas más sencillas y seguras de hacer frente a los microorganismos y parásitos consiste en congelar estos alimentos antes de consumirlos. Para consumir pescados, mariscos y carnes con total seguridad, lo ideal es congelarlos, al menos 24 horas, a temperaturas inferiores a –20 °C. Este método de conservación impide la multiplicación de las bacterias patógenas, además de matar a los parásitos, como el Anisakis.

Además de reducir
notablemente el riesgo de contaminación, el consumo de pescado y marisco congelado y correctamente descongelado, mantiene las características originales del producto fresco, aportando exactamente los mismos nutrientes, y conservando su olor, color, sabor y textura.

Por tanto, desde los tradicionales boquerones en vinagre, a las recetas más exóticas de sushi, lo mejor es congelar pescados y mariscos antes de consumirlos sin cocinar.

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